junio 14, 2010

Metanálisis del psicoanálisis; y un ejemplo de falsación Popperiana, mecánica relativista vs. mecánica clásica

[Primer borrador, sin correcciones de construcción y estilo]

Como en mi anterior ensayo bloggero, en el primer párrafo detallaré, en cierto grado, las motivaciones del presente, las ideas, o mejor dicho, los procesos mentales desencadenados por estímulos internos y externos, y guiados a través de mis asociaciones libres. En una conversación con un(a) (no especificaré el género para hacer más difusa su identidad al lector) estudiante de psicología aprendí que el psicoanálisis va más allá del proveer un método psicoterápico, o establecer de forma semiaxiomática un conjunto de sentencias que permitan explicar un grupo muy amplio de patologías, siendo ahora concebido por mí, como su misma etimología indica, un método investigativo sobre las representaciones del subconsciente en el consciente a través de desmenuzar las expresiones lingüísticas, los actos y las producciones imaginarias. Probablemente lo anterior sea risible al profesional estudioso de la psicología, o área afin, pero no olvidemos que yo no tengo tal formación profesional, y más bien, mis esfuerzos diarios de estudio están en el campo de las ciencias exactas. Y es que, el contraste de mi visión anterior del psicoanálisis con la renovada fue suficientemente evidente, impactante e interesante para mí que decidí recurrir a la colección arrumbada de mi casa de "Las Obras Completas de Freud" y echar un ojo a sus páginas. Agarré el tomo 6 de la Editorial Losada, denominado "Psicopatología de la vida cotidiana", y leí de forma ávida y contínua la sección llamada "Olvido de nombres propios", donde Freud se autoanaliza alrededor de su eventual olvido del nombre del pintor de los frescos "Las cuatro últimas cosas" que habían sido pintados en la catedral de Orvieto. Después de su primera lectura, comencé el metanálisis del texto, basado en mi marco de referencia filosófico y científico particular, en otras palabras, comencé a articular la crítica al mismo que a continuación expongo.

Freud hace un ejercicio de introspección donde da concluye que la represión es motivante del olvido de nombres y de otro tipo de olvidos, que posteriormente desarrolla en toda la obra, pero omití la lectura del resto del texto, al conjeturar que la naturaleza del psicoanálisis hecho la primera sección, en comparación a las siguientes, no varía en mucho para los propósitos de mi crítica.

El claramente, como partidario de la teoría de la represión, tenía que exponer un fenómeno que justificara, o que diera "evidencia empírica" de tal idea. Curiosamente el ejemplo desarrollado no es una observación del proceso psicológico en alguno de sus pacientes, sino la observación de un proceso psicológico en el mismo, lo que a mi parecer, claramente mina su objetividad. Al ser un proceso psicológico propio, Freud tenía la libertad de exponer o crear el proceso psicológico sin ninguna restricción, y claramente ajustarlo a su conveniencia como un apoyo discursivo a alguna de sus hipótesis.

Pero, mi crítica, como yo lo establezco en el título no es a este particular texto, sino al método psicoanalítico en sí mismo. Pude observar, durante el desarrollo de las ideas que al hacer análisis Freud también hace asociación libre. Pero esta asociación libre es posiblemente distinguible a la que el psicoanálisis terápico refiere en principio, una asociación de imágenes, pensamientos, deseos, delirios, etc., y esta asociación libre más bien es en otro sentido, una asociación académica e intelectual que refiere no sólo a las experiencias vividas, o a las experiencias profesionales obtenidas, sino a las lecturas hechas en literatura o ciencias, a la música escuchada, y al arte en general percibido. Freud, y cualquier otro psicoanalista, al analizar, utilizará en su proceso de asociación del estímulo percibido (de lo observado y digerido en el sujeto de análisis), las vivencias, la teoría y las ideas previamente incrustadas en su mente, y serán el marco de trabajo del análisis, será en términos de lo cual elaborará un análisis del sujeto de estudio. Esto en términos contemporáneos puede incluir las ideas semiaxiomáticas Freudianas y de sus sucesores, así como también los datos obtenidos del DSM-IV. En mi caso yo incluyo mi axiomatización de las ciencias físicas y su método, y mis perspectivas filosóficas derivadas de Popper y de Wittgenstein. No estoy libre de la subjetividad al escribir este ensayo, espero que quienes tengan una subjetividad similar a la mía tomen el mismo como referencia, punto de partida o elemento de discusión. Al final, creo que hay un proceso psicológico inherente al leer textos políticos, filosóficos o humanistas; tal proceso debería ser explorado en un futuro, con las nuevas ciencias sociales realmente científicas.

Y es que mi punto, es que el psicoanálisis es un ejercicio subjetivo para concluir sobre otro sujeto de estudio. Es un ejercicio meramente apreciativo que claramente se distingue de un ejercicio epistemológico objetivo y factual sobre el estudiado. Esto realmente no es nuevo como idea, creo que en sí es una paráfrasis de Popper.

El título del ensayo está dividido por un signo de ";". Y aquí, en este párrafo hago la función de tal signo en el contenido. Expondré a continuación un conocimiento más acercado a la objetividad y que no es apreciativo, que no es del gusto subjetivo de quien lo aplica, ni de quien lo adquiere.

Me referiré a la mecánica clásica ya que es ejemplo típico de conocimiento objetivo factual, y también por la familiaridad relativa que tal área tiene de la física en la cultura general. Me referiré en lo particular a la primera y la segunda leyes de Newton dada su amplia aplicabilidad en la vida cotidiana, así como en las áreas de ingeniería que nos han permitido construir toda la tecnología de la cual dependemos diariamente. Demostraré, de alguna forma, que tal conocimiento está por encima de la apreciación subjetiva, y haré el ejercicio de falsación Popperiana sobre el mismo considerando límites relativistas, como velocidades cercanas a la de la luz, donde la mecánica Newtoniana simplemente no puede explicar los datos empíricos obtenidos. Los datos empíricos en física tratan de ser lo más objetivos posibles y las mediciones u observaciones deben trascender toda naturaleza subjetiva humana; gente de diferentes backgrounds culturales y sociales trabajando en el mismo experimento pueden estar de acuerdo con las observaciones y los resultados; recordemos también el momento histórico en el que Einstein busca la verificación experimental de la relatividad general, en ese momento, durante la primera guerra mundial (1922) trabajaban juntos un alemán (Einstein), un americano (Campbell) y sus respectivos grupos de colaboración internacionales, trascendiendo sus diferencias políticas nacidas a partir del conflicto bélico en pro de acercarse más a la objetividad científica. Los datos empíricos físicos pueden constituir el cuchillo de destrucción de cualquier idea o teoría matemática completa y compleja, ya no sólo son capaces de matar una pequeña aprecición subjetiva de un individuo, sino traer abajo el trabajo de años en investigación científica internacional, de grupos de científicos serios con alto grado de experticidad en ciencias físicas y matemáticas, con formación de doctorado y con muchos artículos de investigación producidos; sin considerar los millones de dólares gastados en financiar sus investigaciones, y el tiempo gastado en generar las ideas teóricas para poder hacer el experimento posible. Un ejemplo sería si no encuentran el bosón de Higgs en el LHC (acelerador de partículas en Ginebra, Suiza). Si no es encontrado 30 años de investigación en física teórica se van a la basura, ya que el bosón de Higgs es el único mecanismo conocido y validado para otorgar masa a las partículas. ¿Podemos hacer lo mismo con las ideas casi religiosas del psicoanálisis?.

Y ahora, con el ejemplo relativamente sencillo, la primera y la segunda leyes de Newton (después de las necesarias desviaciones discursivas). La primera ley de Newton establece, usando la terminología de la educación media superior, que "un cuerpo tiende a permanecer en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme a menos de que una fuerza externa altere ese estado". La validez empírica de tal hecho, en su primera parte, es incuestionable. Podemos saber de forma natural que el origen de todo movimiento acelerado es una fuerza, y si tal fuerza no está, el objeto queda en reposo irremediablemente. Seré pedagógico; observe por ejemplo el monitor de su computadora, no se mueve, ahora hago algo para que se mueva, aunque sea un poco. Es necesaria alguna acción directa o indirecta de su cuerpo humano sobre el objeto, que implica contracción músculos, que implican un gasto de energía bioquímico, que al final de forma efectiva es la acción de una fuerza sobre el objeto, que le genera una aceleración y que lo saca de ese reposo "permanente". La primera ley, en su primera parte, es una consecuencia de la segunda ley, para que haya movimiento acelerado debe haber fuerza, si no hay fuerza, el objeto se mantiene en reposo... o en movimiento rectilíneo uniforme. Es clara la demostración empírica de la primera parte de la ley, pero no de la segunda parte. La segunda requiere que tengamos un objeto en movimiento rectilíneo uniforme, y la única forma en la que podemos obtener eso, es que no haya fuerzas externas y que el objeto a partir de que lo observamos tenga una velocidad inicial dada. Entonces procedemos al método experimental clásico, y particularmente al experimento de Galileo, que para los fines de esta crítica no detallaré. Podemos también establecer la validez de la segunda parte de la primera ley de Newton matemáticamente a partir de la segunda ley de Newton. Teniendo la segunda ley de Newton matemáticamente expresada como:

En el caso en que no hayan fuerzas externas, la expresión anterior queda como sigue:

Entendiendo la aceleración como una segunda derivada en el tiempo de la posición, podemos aplicar el cálculo diferencial e integral para resolver esta ecuación para la posición, y saber cómo cambia la posición en el tiempo, es decir tener una función que relacione la posición del objeto con el tiempo transcurrido.

Integramos ambos lados de la expresión anterior, considerando sólo que la derivada segunda es cero, ya que la expresion de la fuerza cero, sólo es válida si la derivada es cero. Calculamos la integral en ambos lados de tal expresión.

Por los teoremas de cálculo integral tenemos:

(recurrimos a la integración de un diferencial, y a la integración del cero, que nos da solamente una constante de integración).

Y si recordamos la definición de velocidad, podemos observar, por integración, que la segunda ley de Newton, cuando la fuerza es cero, matemáticamente es equivalente a tener un movimiento rectilíneo uniforme a velocidad constante. Esto se puede ver más evidente si volvemos a integrar con respecto al tiempo la expresion anterior.



Lo cual, con los teoremas de cálculo integral nos lleva a lo siguiente:

La cual es la ecuación de una línea recta, y que representa todos los movimientos rectilíneos uniformes que pueden existir, al escoger para el caso particular dado, la velocidad inicial V0 y la posición inicial X0. Si la velocidad inicial es cero, la expresión anterior queda como:


Lo cual incluye el caso en que el objeto estaba en reposo, sin velocidad inicial. La expresión se interpreta como que para todo tiempo t, el objeto estará en una posición constante, la misma que su posición inicial, o sea, no se moverá.

Al considerar que la velocidad cero es un caso particular de velocidad constante, podemos decir que la primera parte y la segunda parte de la primera ley de Newton están expresadas en la misma matemática.

Hasta ahora sólo he presentado una teoría física, expresable en términos matemáticos, y que permite la predicción de consecuencias físicas a partir de su manipulación matemática (lógica). Las predicciones obtenidas después de manipular matemáticamente la teoría son consistentes con la experiencia cotidiana, con los datos empíricos. Cuando tal cosa ocurre, decimos que la teoría y sus consecuencias son ciertas.

Analizaremos el caso una ley más general que la anterior, la segunda Ley de Newton. Por el método empleado hemos asumido la validez de la segunda ley de Newton para demostrar la validez de la primera, y en consecuencia la validez de la primera ley depende de la validez de la segunda. Sin embargo, como anteriormente mencioné, la primera ley de Newton puede ser demostrada experimentalmente con el experimento de Galileo de forma independiente, entonces no es necesaria la validez de la segunda en tal caso.

En el caso del movimiento planetario (el problema de Kepler), uno parte de la segunda ley de Newton:

Siendo la fuerza, la fuerza de atracción gravitatoria dada por la ley de la gravitación universal de Newton.



Si uno resuelve, como anteriormente hicimos, la ecuación presentada, uno obtiene la ley de movimiento planetario, que tiene la forma siguiente (solución al problema de Kepler):


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